Internacionalizar la docencia sin salir de casa

                                           

 

Una oportunidad con mayúsculas.

Las “clases-espejo” generan la posibilidad de organizar el proceso de enseñanza-aprendizaje en entornos virtuales, incluso internacionales, facilitando la relación e interacción de estudiantes y docentes en un espacio común capaz de generar conocimiento. Para Cabrera (2020), la clase espejo es “una de las formas de organización del proceso de enseñanza-aprendizaje en entornos virtuales a través de una plataforma tecnológica compartida, que posibilita la interacción de estudiantes y docentes con pares nacionales e internacionales, permite acceder a enfoques, perspectivas, conceptos y miradas diversas sobre un mismo tema, contribuye al desarrollo de habilidades de trabajo en equipo a distancia, amplía las redes de contacto profesional con docentes y estudiantes y fomenta la participación de futuras movilidades académicas y/o actividades internacionales tanto de docentes como estudiantes”.

En este artículo se presenta un caso particular de un proyecto promovido por la Universidad del Atlántico (UA) de Colombia que consiste en invitar a docentes de otras universidades para realizar actividades conjuntas online con los estudiantes. Las limitaciones impuestas por la pandemia se han convertido en una oportunidad para los 32 estudiantes y los 3 docentes que hemos participado en la actividad internacional de “clases espejo”.

El objetivo del proyecto es que los alumnos “salgan” de su universidad y contacten con las realidades de otros estudiantes, países, y contextos socioculturales, todo ello articulado desde una actividad académica. Se trata de un formato completamente flexible donde son los docentes de las universidades participantes los que deciden en qué se va a trabajar, el calendario, la organización, el perfil de estudiantes a los que se invitará a participar…

Internacionalizar la docencia: Clases-espejo UCM (España) y la UA (Colombia)

En el proyecto desarrollado con la UCM, los profesores Branda Molina y Diego F. Arana (UA) y Diana Gavilán (UCM) decidimos que nuestros estudiantes crearían equipos de trabajo formados por 2 estudiantes UCM y 2 estudiantes UA. Cada equipo diseñaría un proyecto de negocio para el que elaborarían un plan de lanzamiento, pensando en uno de los dos países o en ambos. Creamos al azar 7 equipos integrados por estudiantes de los grados de ADE, ADE-Derecho y Periodismo. Se trataba de organizar equipos heterogéneos en formación, nacionalidad... Este hecho pensábamos que podría enriquecer significativamente la actividad, como al final hemos constatado.

Al inicio, cada equipo recibió una presentación PPT con información de contacto de los profesores, husos horarios de los países, sugerencias para coordinarse y un guión de los contenidos que se debían trabajar para presentar un proyecto final.

El desarrollo de los proyectos tuvo lugar entre el 15 de enero, y el 12-19 de febrero que fueron las fechas de las presentaciones. Durante el tiempo de desarrollo, los estudiantes podían consultar sus dudas a cualquiera de los docentes, y también eran eventualmente contactados por ellos para asegurar el seguimiento.

Entre los numerosos resultados de la actividad cabe destacar, en primer lugar, los 7 proyectos presentados. En su mayoría se trata de proyectos muy escalables, que aplican la tecnología para solventar retos socio-económicos. El proyecto elegido como ganador,  EDUCE, consiste en una app para la vida universitaria dirigida a todas las necesidades de los estudiantes (académicas, deportivas, culturales, operativas, sociales…) tanto de la UCM o de la UA. También en la línea tecnológica se presentaron apps para facilitar la inserción e integración social de emigrantes, un market-place de profesionales autónomos, y apps para planificar y organizar el ocio.

Las clases-espejo han obligado a los estudiantes a enfrentarse al reto de trabajar en la distancia con personas desconocidas, husos horarios diferentes, formaciones diversas y poco tiempo. Por eso, consideramos que, además de los proyectos, el resultado es aprendizaje, una fuente de enriquecimiento personal para cada participante, y un auténtico intercambio de experiencias. Todo ello en un momento sensible, como el que estamos viviendo por la pandemia, donde los estudiantes anhelan poder restablecer su vida social.

Internacionalizarte como docente

Hasta aquí es un relato de lo que hemos hecho con los estudiantes, pero hay más, porque las clases-espejo también favorecen la internacionalización de los docentes. Nuestro proyecto empezó en el mes de octubre, en el que hicimos los primeros contactos. Dedicamos 2 meses con numerosas reuniones a intercambiar puntos de vista sobre la situación de nuestros estudiantes, universidades y países. Todo ello concluyó en el diseño elegido y en la organización de su puesta en funcionamiento, la coordinación de fechas, tareas, el seguimiento y la evaluación.

Del mismo modo que el intercambio enriquece al estudiante, lo hace con el docente. Aprendes, descubres, y construyes nuevas relaciones. Y te sorprendes del potencial al alcance de las manos con herramientas tecnológicas sencillas y asequibles.

Resultados: ¿Trabajo? Sí, mucho trabajo. Un trabajo estimulante pero, en definitiva, trabajo. Como docente ¿ha merecido la pena? Completamente.

¿Y para los estudiantes? Que lo digan ellos. Estas son algunas de las opiniones que nos han puesto en la encuesta final:

Me ha gustado mucho esta actividad, sobre todo por la libertad y el margen de trabajo del que hemos dispuesto.”

“Me gustaría que se hicieran más sesiones.”

“La experiencia para mí fue enriquecedora pero me hubiera gustado que la clase fuera un poco más larga y detallada. Ojalá pueda ser una opción para mis compañeros en un futuro dar este tipo de clases.”

¡Había ganas de más!

 

Diana Gavilán, Ph.D.

 

Referencias:

Cabrera, Olga Rosa (2020) La clase espejo interdisciplinaria en tiempos de pandemia. Formación IB. Consultado en: http://formacionib.org/noticias/?La-clase-espejo-interdisciplinaria-en-tiempos-de-pandemia